domingo, 24 de mayo de 2015

Aquel extraño

Puedo sentir, aún, aquellos ojos color miel mirándome fijamente en aquel bar. Puedo ver aquel amago de sonrisa traviesa que dejaba pensar en todas las cosas obscenas que mi cabeza podía llegar a imaginar. Aún puedo embriagarme con aquel olor tan enloquecedor que su piel desprendía...

Todo ocurrió en un restaurante de Madrid. No sabía cómo en un instante alguien podía llegar a encandilarme tanto, y llegar a volverme completamente loca por poder rozar su piel con la mía. No comprendía cómo con una simple mirada podía llenar mi mente de tantos deseos sexuales y a la vez complacerlos en ese mismo momento.

Él me miró de arriba abajo con una mirada casi felina al sentarme en una mesa cercana a la suya, supongo que no entendía el por qué iba sola. Tras unas miradas llenas de deseos escondidos, se levantó de su mesa y, sin apartar ni un segundo esos ojos profundos de los míos, se acercó a mí y me tendió su mano para presentarse mientras se sentaba junto a mí.

Después de una hora hablando de diversas cosas y miradas llenas de atracción, me invitó a ir a su piso. Mi corazón comenzó a latir más y más de prisa, no sabía que decirle, no soy una chica de esas que a la primera de cambio hace cualquier tipo de locura... pero ese chico tenía algo tan... locamente embriagador que cada poro de mi piel se estremecía con el solo roce de su piel contra la mía y se me erizaba el vello de la piel con su simple mirada. La parte más interna de mi cuerpo le deseaba más que a cualquier otra persona en el mundo, mis piernas sólo de pensar en un encuentro sexual con ese Dios se aflojaban y se tensaban en el punto más íntimo de toda mujer.

Al final, sin saber cómo acabé en su casa, era pequeña, lo que suele ser un piso de soltero. A saber cuántas chicas había subido allí, pero bueno aquel no era el momento de pensar en esas cosas.

Nada más cerrar la puerta de su casa se lanzó sobre mí y me besó apasionadamente contra la puerta, notaba en mi entrepierna como su miembro iba creciendo. Lo que no sabía es que un extraño podía llegar a volverme tan inmensamente perturbada por sentirle dentro de mí. Fue algo lento y sabroso, no quisimos correr para disfrutar y sentir cada instante.

Comenzamos besándonos y manoseándonos desenfrenadamente por todas las paredes del salón, hasta que encontramos la mesa, en la que empezamos a deshacernos de la ropa poco a poco mientras íbamos ahogándonos en el mar de nuestros cuerpos ardientes de deseo.

Suspiros tras suspiros, besos tras besos, carias tras carias iban desapareciendo zapatos, camisetas, pantalones y ropa interior. Parecía que allí, en la mesa, acabaríamos lo que habíamos empezado... Los besos cada vez eran más apasionados, desesperados, desenfrenados, mojados, sexuales... Nuestros cuerpos desnudos cada vez desprendían más y más calor, nuestros sudores se mezclaban y cada vez nuestra respiración era más y más agitada buscando alcanzar por fin el clímax que  ambos estábamos esperando desde nuestro primer cruce de miradas.

Tras aquel encuentro ambos nos quedamos callados y abrazados esperando a que nuestro ritmo cardíaco volviese a la normalidad. Él logró la calma antes de yo, me cogió en brazos y me llevó a su cama, donde volvimos a hacerlo de nuevo, esta vez fue más fugaz, pero igual de placentero.

Fueron mis dos encuentros sexuales más enloquecidos. Cuando se quedó dormido, aproveché para desaparecer de allí y de su vida. Seguramente, él no quería verme allí al despertar, por lo que se lo hice fácil. No le dejé nada ni mi número de teléfono, ni mi nombre, ni mi dirección... NADA. No quería ponerle en el compromiso, era mi primera vez con un extraño y no me sentía preparada para enfrentarlo.

Aún le recuerdo desnudo en su cama empapado en sudor tras dos polvos increíbles que nos habían dejado estupefactos. No sé qué pensó al despertar y no verme allí, quizás se sintió aliviado o quizás sintió decepción por haber sido algo esporádico.

~ Lucía Vaz ~

martes, 21 de abril de 2015

Sonríe

Simplemente ya lo entendí, entendí que el mundo sigue adelante con o sin ti y aunque no quiera, no hay que mirar hacía atrás, sino todo lo contrario.

Hoy comprendí que debo mirar hacia el frente con la cabeza bien alta y sonriendo al mundo que tengo a mi alrededor, porque aunque a veces las cosas sean duras de llevar, la vida siempre te dará más razones por las que debes sonreír en vez de  llorar.

Por eso a partir de hoy sonríe y deja que las demás personas se enamoren de ella y se apliquen la misma filosofía de vida, porque un día sin reír es un día no vivido.

~ Lucía Vaz ~

miércoles, 18 de febrero de 2015

A ti, te lo dedico

Aunque no quiera hacerlo debo admitir que  me arrepiento de lo ocurrió y que sólo tú y yo sabemos y conocemos con exactitud.

Aún sigo viendo tus azulados ojos por las noches, mientras los míos lloran tu ausencia. Todavía sigo esperando con ansias rozar tus dulces y traviesos  labios, y dejarme llevar por la pasión como sólo tú eres capaz de hacerlo. Aún siento tus finas y alargadas manos sujetándome fuerte a tu lado. 

ECHO DE MENOS esa mano traviesa que siempre me buscaba por donde no debía, echo de menos a ese chico que sonreía como un tonto cuando conseguía aquello que deseaba y echo de menos verte y saber de ti.

No sabes lo que siento y lo que se me pasa por la cabeza cada vez que escucho todas esas canciones que alguna vez en nuestros años juntos te escuché tararear o cantar junto a mi. No sabes todas las sensaciones que en ese momento recorren todo mi ser y hacen que se me erice el vello de todo mi cuerpo. 

Teníamos tantas canciones, teníamos tantas cosas distintas y a la vez parecidas... Pasamos tantos buenos y malos momentos que con risas llevábamos hacia delante. 

Me da pena recordar todos los momentos felices que pasamos, me da pena ver que cada vez es más complicado arreglar todo esto que algún día tuvimos y que aún tendríamos si las cosas no se hubiesen dado así, porque aun que no quiera que la gente lo sepa, hoy tengo ganas de gritarlo al mundo para que todos se enteren y vean que no soy tan fuerte y dura como les he hecho pensar todo este tiempo desde que nuestros caminos se separaron. Tú sabes mejor que nadie que soy muy cabezota cuando quiero y que nadie es capaz de hacerme cambiar de idea, pero aún hoy pienso que si las cosas se hubiesen hecho de otro modo estaríamos como antes y, me atrevo a decir, que si mañana volviésemos a hablar y las cosas se hiciesen de distinta manera a las otras veces que hemos hablado volvería, porque aún no te olvidé y por más que quiera hacerlo no puedo.

Seguiría diciendo muchas más cosas, pero ni siquiera sé si lo leerás o si simplemente te darás por aludido, aún así te digo que: A TI, TE LO DEDICO y espero que al menos te saque una leve sonrisa por recordar algunos buenos momentos.

~Lucía Vaz~

domingo, 21 de septiembre de 2014

Odio

Odio cuando escucho todas esas canciones que me recuerdan a ti.
Odio cuando mi cabeza comienza a darle vueltas a todo.
Odio que me vengan imágenes juntos a mi mente.
Odio que mi corazón se pare al escuchar las melodías de esas canciones.
Odio tener ganas de hablarte.
Odio tener que luchar por no buscar cómo estas.
Odio cuando entiendo todas las letras de las canciones que antes no entendía.
Odio estar así por ti.
Odio obligarme a escuchar todas las canciones.
Odio tener que permitirme meterte en conversaciones para aprender a vivir con todo esto.
Odio tragar saliva y mirar a otro lado para superarlo.
Odio ver a todas esas parejas y no verte ni a ti ni a nadie a mi lado.
Odio que se me derrame la primera lágrima que me obliga a dejar de hacer lo que estuviese haciendo porque me remueve todo lo pasado.
Odio obligarme a buscar apoyo en otras personas para no pensarte.
Odio tener que guardar silencio por todo esto.
Odio parecer estúpida con todo esto.
Odio sentirme vacía y admitir que te echo de menos.
Odio admitir todo lo dicho.
Odio saber con exactitud el tiempo que llevamos separados.
Odio acordarme de todas las fechas clave.
Odio haber escuchado todas aquellas palabras que un día dijiste.
Odio pensar que son verdad.
Odio creer que soy tal y como un día dijiste.
Odio poder seguir diciendo mil cosas más y por tanto:
ODIO TODO

                                      ~ Lucía Vaz ~

lunes, 3 de marzo de 2014

Si te demuestran

Sabes que un amor es mutuo cuando ambos buscáis hablar, un día uno y el siguiente el otro. Cuando ambos os demostráis amor y respeto. Cuando esperáis y ansiáis el momento de veros y estar juntos.

Debéis demostrar las cosas con hechos, porque las palabras se las lleva el viento. Por eso, al principio puedes temer sentir esas mariposas en el estómago, temes el que no sea algo mutuo o que la otra persona no se lo tome en serio y no quiera nada realmente.

Por todo esto debo deciros que si te demuestran sus sentimientos, no tengas miedo. Sólo debes temer enamorarte de una persona si se contradice, es decir, si un día te habla para decirte cosas bonitas, y al día siguiente, hace como si no existieses.

~ Lucía Vaz ~

lunes, 23 de septiembre de 2013

El amor surge en el momento menos esperado

Era una noche de primavera. Salía por primera vez después de una mala racha. Salíamos a cenar mis amigas y yo a uno de los mejores restaurantes de Madrid.

Por mi parte, la noche no iba a ser un desfase, aunque sería raro que no pasara nada con las locas de mis amigas. La verdad es que cada vez que salimos nos pasa algo que nunca olvidaremos, pero bueno el caso era pasárselo bien ¿no?.

Después de cenar y de que unos camareros nos invitasen a unos "chupitos" de Tequila, nos fuimos de bares para mejorar y ambientar la noche. Todas íbamos despampanantes con nuestros vestidos y taconazos.

En el bar nos tomamos una copa de Vodka con Bluetropic. Después de una hora sentadas en unos sofás decidimos cambiar de bar o irnos a una discoteca , total para estar sentadas sin hacer nada allí... no nos gusta nada eso.

Al salir, un chico nos dio una invitaciones como entrada gratuita a una discoteca nueva. Sonreímos y dimos las gracias, la noche iba "viento en popa".

Buscamos la discoteca, y después de mucho preguntar la encontramos. Era enorme, moderna y lujosa, debía ser bastante cara. Buscamos un sitio cómodo donde dejar las cosas para poder tomarnos algo mientras bailábamos.

Después de pedirnos otra ronda de copas, nos pedimos unos "chupitos", pero esta ronda no nos la cobraron, el camarero nos dijo:
- Chicas, a esta ronda invitan ellos-dijo señalando a un grupo de muchachos-.
- Gracias -dijimos al camarero e hicimos un gesto  de agradecimiento a los muchachos  y nos lo tomamos-.

Eran seis chicos, y nosotras seis chicas. Ellos eran altos, musculosos e increíblemente guapos. Iban con camisas estrechas que les hacían marcar sus insinuantes músculos que te quitaban el hipo.

Nosotras seguimos a lo nuestro bailando en la pista todas las canciones de reggeaton que ponían, siempre nos gustó ese tipo de música. Llegó un momento en el que no podíamos más con nuestros pies y fuimos a sentarnos en unos "puffs" para descansar un poco.

Una vez así, aprovechamos para ponernos al día unas de las otras porque hacía mucho tiempo que no nos veíamos. Mar nos contó qué le pasó en Inglaterra dónde estuvo en verano. Aprendió mucho inglés y conoció a gente maravillosa. También nos contó que allí se dio cuenta de que no estaba realmente enamorada de Carlos y por eso lo dejó.

Poco a poco nos pusimos al día de todas nuestras vidas, parecía que de un año a otro todas habíamos pasado por amores que terminaron más pronto de lo que pensábamos. Nos reunimos después de un año, pero aún después de 15 años de amistad todavía nos veíamos como aquellas muchachitas que a la salida del colegio pasaban tiempo hablando y haciendo tiempo para no volver a casa. Estuvimos recordando todas las cosas que nos pasaron a esa edad aunque no era envidiable con lo que nos pasaba a medida que íbamos creciendo. 

Después de varias horas sentadas hablando, los chicos que nos habían invitado anteriormente se acercaron a nuestra mesa, riéndose entre ellos. Uno a uno se fueron  colocando  detrás de cada una, al parecer se interesaron por nosotras. Nos invitaron  a bailar con ellos. La verdad es que aceptamos encantadas.

Se portaron bastante bien, eran muy caballerosos. Después de algunos bailes nos fuimos a la mesa pero esta vez gustosamente acompañadas. Todas estábamos bien acompañadas, y nos fuimos presentando uno a uno. Tras un tiempo hablando nos dimos cuenta de que teníamos todos muchas cosas en común.Por desgracia, aunque nos lo estábamos pasando genial nos tuvimos que ir del local, ya que había llegado la hora del cierre. Nos despedimos en la puerta de la discoteca, nos dimos los teléfonos y quedamos en llamarnos.

Al día siguiente quedamos todos juntos de nuevo y fuimos a tomarnos algo por la noche y entre charla y charla nos fuimos dando cuenta de que íbamos cogiéndonos cariño y que desde aquella noche nuestra amistad perduraría mucho tiempo, pero lo menos inesperado fue que de esa amistad surgieron seis relaciones estables y felices que perduraron para siempre.

Recordad: el amor se puede encontrar en cualquier parte, y además, el amor es más fuerte cuando la pareja es nuestro mejor amigo-

~Lucía Vaz ~


sábado, 14 de septiembre de 2013

Estúpida



Desearle, y mentirte a ti misma intentando convencerte de que no te conviene por mil y una razones estúpidas,
pero,, sin embargo, tu cabeza no es capaz de borrarlo de tu mente: que estúpida ¿verdad? mentirte a ti misma...como si no sintieras ni supieras la verdad.

~Lucía Vaz~